La historia sigue a Sísifo, un hombre condenado a empujar una roca cuesta arriba por una montaña, solo para que esta caiga de nuevo una vez que llegue a la cima. A pesar de su situación desesperada, Sísifo se niega a rendirse y continúa empujando la roca con una determinación obstinada.
Este acto de rebelión contra el destino es una metáfora de la lucha humana contra el absurdo de la vida. Sísifo sabe que su esfuerzo es inútil, pero lo realiza de todos modos, como un acto de afirmación de la vida. Su resistencia es una forma de decir que, incluso en un mundo sin sentido, vale la pena vivir y luchar.
El manga también explora el tema de la absurdidad. La situación de Sísifo es una representación perfecta de la absurdidad de la existencia humana. Estamos condenados a vivir vidas sin sentido, condenadas a repetir los mismos ciclos una y otra vez. Sin embargo, Sísifo nos muestra que, incluso en un mundo absurdo, es posible encontrar significado y propósito.
