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@Nagato 👀
Encontré esta información sobre Japón y Chile ☺💖💕!.
"En 1894 Japón se comprometió en una guerra contra China y en 1904 luchó contra la Rusia zarista, que estaba presionando fuertemente para avanzar sus fronteras
hacia el sur. En ambas guerras Japón resultó victorioso, pese a las predicciones de las grandes potencias, logrando para sí la
supremacía en Oriente. Chile coadyuvó al triunfo japonés en la guerra ruso-japonesa, con la venta de una de sus naves de la
Escuadra; el crucero Esmeralda.

Los primeros contactos entre Japón
y los países de América Latina se remontan cuando aún éramos colonias de España y Portugal. Sin embargo, la relación real y duradera comenzó recién a partir de los vínculos diplomáticos establecidos hace aproximadamente un siglo.

En el caso particular de Chile, si bien es cierto que los contactos con Japón están dentro del contexto de toda Latinoamérica, la verdad es que los vínculos los inicia
nuestra Marina Mercante, cuyas naves llegan al Lejano Oriente en los albores de nuestra vida independiente, estableciendo
un comercio que se fortalece día a día desde el momento en que el Japón abrió sus puertos a las naves extranjeras.

Sin embargo, la vinculación naval de
Chile con Japón toma cuerpo con la venta del crucero Esmeralda, cuando se hizo inminente la guerra ruso-japonesa.
A fines del siglo pasado, durante el
gobierno del Almirante Jorge Montt,
Chile decidió poner en venta dicho crucero, en razón a que Argentina negociaba con nuestro país la reducción del poder naval y la paridad entre nuestras Escuadras, cuyo acuerdo final se firmó en mayo
de 1904. La nave, muy moderna y veloz para su época, interesó a Japón, que manejaba una difícil situación diplomática con
Rusia que los llevó a la guerra, precisamente, ese mismo año. Sin embargo, la transferencia no podía hacerse en forma directa y ostentosa, porque nuestro país
había asumido una actitud de respetuosa neutralidad. Ante tal situación, la venta se hizo sin
armamento, a través de Ecuador, actuando como intermediario la casa Margan de Nueva York , con quienes los japoneses mantenían un encargo de compra de buques. El pago de 220.000 libras esterlinas
lo hizo el banquero Rothschild, en nuestra legación de Paris, a nombre del gobierno de Ecuador.
El buque se hizo a la mar, con tripulación chilena, rumbo a la isla Chatham, del archipiélago de las Galápagos, destino señalado por el cónsul ecuatoriano en Valparaíso,  Luis Noguera. Allí lo recibió el Jefe Territorial, Alejandro Arestizábal, quien dio cuenta del buen estado
de la nave. El comandante chileno,
Emilio Garín, hizo entrega del mando a un oficial ecuatoriano y regresó al continente en un buque inglés, siguiendo luego el mismo camino la tripulación.
Meses más tarde, un crucero con las mismas características del Esmeralda aparecía incorporado a la escuadra japonesa, con el nombre de ltzumi. Rusia formuló de inmediato una protesta contra
Chile, por vender un buque a una potencia en guerra contra ella, y ante Ecuador, por haber prestado su bandera para cubrir la operación. A su vez, hubo protestas de la opinión pública en Ecuador, lo que precipitó la caída del gobierno del Presidente
Cordero y resintió los lazos amistosos de Ecuador con Chile; también, la oposición balmacedista en nuestro país aprovechó la
coyuntura para volcar a la prensa y a la opinión pública contra el gobierno del Presidente Montt.
Nuestros diplomáticos tuvieron que
poner en juego toda su ciencia y su arte para dar satisfacciones a los gobiernos de Rusia y Ecuador. La verdad es que el asunto no rebasó nunca el nivel privado, aunque
fuesen engañados algunos funcionarios del Estado; la investigación que realizó el
Congreso del Ecuador dejó en claro que los gobiernos de Chile y Ecuador no tuvieron participación en el negocio. El flamante crucero ltzumi tuvo una
destacada actuación en la Armada Imperial del Japón, obteniendo varias citaciones meritorias. La más significativa fue su participación en la batalla de Tsushima, donde - actuando como explorador de la
flota del Almirante Togo- tuvo el primer contacto con la flota rusa del Almirante Rodjensvensky, contacto que mantuvo a pesar de las adversas condiciones para el
buque; las oportunas informaciones proporcionadas en cuanto a rumbo, velocidad y conformación de la fuerza adversaria permitieron al Almirante Togo interceptarla y destruirla en el estrecho de Tsushima. Esta batalla, la más importante de la guerra ruso-japonesa, le dio a Japón el dominio del mar, le permitió enviar su Ejército al continente y vencer a la Rusia zarista. Así, Japón no olvida la oportuna venta del crucero Esmeralda. Como testimonio
de ello tenemos al buque oceanográfico ltzumi, donado a Chile por el gobierno de
Japón , y el hecho -menos reciente - de que la Armada japonesa seleccionase partes del ex acorazado Almirante Latorre,
vendido como chatarra a ese país, para la reconstrucción del acorazado Mikasa, buque insignia del Almirante Togo.

La contribución del B.E. Esmeralda
al fortalecimiento de las relaciones chileno-japonesas es innegable. La sobriedad de su casco blanco y verde y la majestuosidad de su velamen desplegado son ampliamente conocidos en Japón; ha sido fotografiada por millones de japoneses y fijada en la tela por numerosos artistas nipones, en escenas marineras que adornan muchos hogares japoneses. Con
cuanta razón se dice que la Dama de Blanco es la mejor embajadora de nuestro país.
Las visitas de la Esmeralda a Japón
han sido retribuidas en tres oportunidades por el Escuadrón de Entrenamiento de las Fuerzas Marítimas de Autodefensa del
Japón: en 1968, 1973 y 1982. La presencia de los pulcros navíos japoneses, en los cuales las cubiertas brillan como espejos,
ha sido un ejemplo de la disciplina de sus dotaciones y de la eficiencia de sus mandos. La contribución a la amistad y entendimiento entre ambos pueblos es también extraordinariamente positiva.
Los viajes de una y otros incentivan
el mutuo conocimiento, facilitan la comunicación y consolidan la amistad.  La presencia del busto de Arturo Pral en Etajima, cuna de la Armada del Japón , junto al de los Almirantes Togo y Nelson , y la presencia del busto del Almirante Togo en nuestra Escuela Naval en
Valparaíso, son testimonios permanentes de la vinculación naval existente entre ambos países .
Japón ocupa así el segundo lugar en el comercio exterior de Chile. Esta cifra, por sí sola, muestra la significación de la vinculación
existente entre Chile y Japón".

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